Democratización cultural y democracia cultural

Una cosa que diferencia a nuestra especie es que la evolución cultural ha tomado el relevo de la evolución biológica. Ahora, las personas, los grupos y las sociedades somos cultura. Nos tenemos que construir como cultura y evolucionamos culturalmente.

A veces, sin embargo, confundimos CULTURA (lo que somos) con cultura de élite (los productos más destacables o estudiables de la cultura humana). Y pensamos que existirá el máximo desarrollo cultural siempre que el público pueda acceder libremente a la cultura de élite (que conozca a Shakespeare y a Cervantes, a Picassso y a Dalí, a Aristóteles y a Platón, a Leonardo da Vinci y a Miguel Angel, etc., etc....) A esto se llama DEMOCRATIZACIÓN CULTURAL: la cultura de élite al alcance de todos mediante la difusión cultural, desde las instituciones culturales para que la gente la entienda y la pueda disfrutar.

Por otra parte está la DEMOCRACIA CULTURAL: la posibilidad de que cada cual viva y realice la cultura mediante la actividad personal, la relación social, la creatividad y la participación. Este concepto de creación de cultura desde abajo es mucho más importante que el de acercar al pueblo la cultura planificada desde arriba para que éste pueda comprender su significado. Al fin y al cabo somos cultura. Lo esencial es construirnos como seres humanos, es decir, como seres culturales. Construir cultura es, ante todo, construirnos como persona, como grupo y como comunidad. En la democracia cultural todos los miembros de la comunidad participan como actores comprometidos en este proceso dinámico de creación cultural y autodesarrollo.

La ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL, dentro de la educación no formal, promueve la democracia cultural y su objetivo es, no sólo estudiar o analizar la realidad social, sino transformarla desde dentro. Su idea es que la PERSONA, el GRUPO o la COMUNIDAD son proyectos culturales que se construyen desde dentro, ya que desde fuera solo pueden ser manipulados.