Retos sectoriales: Las artes visuales

¿Nadie se anima a opinar sobre las artes visuales? ¿Creéis que se deben plantear otro tipo de preguntas?

Bueno, por romper el hielo diré que la frase: "El arte contemporáneo español creció y se consolidó durante los años de bonanza económica pero la llegada de la crisis ha causado grandes estragos." , no creo que sea una acertada introducción a la situación del arte contemporáneo en España en estos momentos, Nunca creció, más bien lo contrario. Siempre ha sido la hermana pobre de la cultura dónde subsisten a duras penas ciertos "microsectores" y determinados artistas más o menos famosos, pero el sector como tal no creo que haya crecido en los últimos años. Más bien se ha ido diluyendo.

La estrategia de 2011 no se ha implementado ni en uno sólo de sus 7 puntos pero creo que además ni se ha intentado. El segundo punto es realmente doloroso, decía así: "la mejora de la situación socio-laboral de los creadores" y la realidad es que los creadores están peor que nunca en su historia.
Y si ya hablamos de la prometida ley de mecenazgo pues aún peor.

Este subsector de la cultura, es a mi modo de ver, uno de los más comprometidos con el pensamiento y es por ello que ha pagado como ninguno, la ausencia absoluta de planes específicos de políticas culturales, más inmersas en la actualidad, en no favorecer demasiado este pensamiento divergente.

Por cambiar de tercio, diría que debemos incluir un conjunto de recomendacioens sobre el tema crucial del coleccionismo de arte y el mecenazgo, tanto desde el punto de vista fiscal como de RSIy RSC. El coleccionismo en general, en una ciudad y en un país, tanto contemporáneo, de vanguardias o de arte antiguo y de patrimonio material, es la verdadera imagen de marca cultural de dicha ciudad o de dicho país. Un país moderno se determina por la potencia de su coleccionismo privado. Dirigí una jornada este lunes, y os enviaré las conclusiones, para ver si se aceptan en el congreso.

Creo que el problema de las artes visuales y/o arte contemporáneo, es de visibilidad y de protección. En ambas cosas influye el coleccionismo y el mecenazgo, pero no creo que por si solos, puedan solucionar la situación actual de precariedad del arte contemporáneo. Creo necesario un plan específico para favorecer esas vanguardias casi desaparecidas y desconocidas hoy en día. El arte sonoro, la experimentación o el arte de acción, por citar algunas disciplinas, por no tener no tiene ni donde solicitar ayudas específicas, ni planes específicos para ellas ni casi lugares donde exhibirse. Tienen que andar saltando a caballo entre otras disciplinas para subsistir. Sinceramente, no creo que podamos permitirnos que desaparezcan tantas genialidades o que tengan que dedicar su ingenio a otras facetas simplemente para poder subsistir o poder visualizar algo. Perdemos originalidad, creatividad, genialidad, inventiva e innovación, cada vez que desaparece un o una experimentadora artística. Y sin embargo, se nos machaca continuamente con la idea de la innovación es fundamental para cambiar este modelo productivo obsoleto. Es una incoherencia enorme.

Como artista plástico y a la vez gestor cultural, es decir, vivo y sufro el problema desde los dos ámbitos, creo que es inevitable hablar sobre los problemas que tienen los creadores para vivir de su actividad. Por un lado, el coleccionismo en España es inexistente, básicamente por una razón educacional y cultural. Por mucho que nos empeñemos en estar a la par que otros países organizando Ferias (ARCO, ESTAMPA, FERIARTE, etc) no tenemos vocación coleccionista y por tanto es difícil generar una industria cultural en torno a este sector. Esta situación es más agravante al no haber tampoco una política de mecenazgo que promueva la inversión en arte. Creo que al margen de las grandes políticas e iniciativas culturales que promueven el arte contemporáneo, como puede ser la organización de Ferias, la creación de nuevos museos o la ampliación de los ya existentes, necesitamos estrategias y políticas que incentiven la profesionalización de los artistas, se regularice su situación fiscal, eviten el intrusismo y promuevan el acceso a los circuitos de exhibición. El sector privado (galerías de arte, fundaciones, etc) es frágil y está muy cerrado a la llegada de artistas emergentes cuya obra no ven con salida "comercial" o no están avalados por premios o el apoyo de críticos o partners. Este sector además carece de ayudas públicas, cosa que si tienen por ejemplo en el ámbito de las artes escénicas, esto es, un teatro privado por ejemplo puede acceder a subvenciones públicas para la exhibición de su programación y sin embargo una galería de arte no. Los equipamientos culturales públicos (centros culturales, por ejemplo) promueven la organización de exposiciones, fundamentalmente de artistas amateurs, sin ningún tipo de línea expositiva y sin posibilidad de poder vender obra. ¿Por qué no es posible regularizar el que los artistas puedan vender su obra en estos equipamientos sin necesidad de convertirse en competencia de las galerías de arte? Los museos no tienen presupuestos para la adquisición de obras de arte ni para la producción de exposiciones que podrían itinerar a nivel nacional e internacional, y tampoco promueven la obra de artistas nacionales, sino que apuestan por exposiciones foráneas que atraigan a cuanto más público mejor, con el ánimo de alardear de cifras de visitantes.
Últimamente las ferias se han convertido en un negocio en el que son los propios artistas los que pagan por exponer o no es posible acceder a ellas si no estás amparado por una galería de arte.

En definitiva, el arte contemporáneo se distancia de la sociedad, que lo entiende como una forma de entretenimiento, más que como una vía de debate crítico en torno a la realidad que le rodea.