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Liderazgo

JMM Jesús Manuel Martín Fernández Public Seen by 78

El liderazgo es un tema central para el funcionamiento de los grupos.

Si nos situamos en nuestro mapa conceptual dominado por los tres tipos de procesos grupales (comunicativos, posicionales y normativos), el liderazgo habría que ubicarlo dentro de los procesos posicionales.

Y, sin embargo, aquí es donde podemos apreciar cómo los tres tipos de procesos se encuentran perfectamente interrelacionados: el líder se comunica y el líder establece normas. Pero es un asunto de posición. Comunicándose y estableciendo normas se coloca en una determinada posición o situación de liderazgo.

Todos los miembros de un grupo poseen algún grado de liderazgo, que se podría cuantificar de 1 a 10, por ejemplo. Si en un grupo todo el mundo puntúa bajo en liderazgo, ese grupo no tiene futuro, y lo normal es que ni siquiera llegue a formarse.

Lo que suele ocurrir es que en cada grupo existe una persona (más raramente dos o tres) que puntúan alto en liderazgo y arrastran al resto, que puntúa bajo. Estos son grupos que dependen del líder, y cuando éste falla, el grupo se desvanece.

El ideal al que se debe tender es que todos los miembros del grupo puntúen 10 en liderazgo. Uno de los objetivos de la formación de grupos es el aumento de la capacidad de liderazgo de sus miembros. Así conseguimos un grupo centrado en el grupo, y no en el líder.

Existen tres funciones básicas que deben satisfacerse en todo grupo: CLARIFICACIÓN, DISTENSIÓN y CONTROL. Si estas tres funciones no se satisfacen, el grupo no funciona. En la medida en que los miembros colaboran en la realización de estas funciones, su grado de liderazgo aumenta.

Hay líderes especializados en una sola función, y así podría considerárseles clarificadores, distensores o controladores. Si un grupo depende de un líder único, éste se verá obligado a ejercer las tres funciones. Lo ideal, como hemos dicho, es que todo el mundo aprenda a ejercerlas. A esto se le llama LIDERAZGO COMPARTIDO, y debería ser lo más natural en cualquier grupo saludable.

Las funciones son racimos bien definidos de procesos, y para simplificar, podemos considerar que funciones y procesos son la misma cosa: una serie de interacciones o actividades que nos conducen hacia un fin.

Las funciones de Clarificación, Distensión y Control hacen referencia a las tres dimensiones de la conducta: cognición, emoción y acción.

  • La función de clarificación tiene por objeto explicar y aclarar lo que está pasando en el grupo, tanto en lo referente a la relación como en lo referente a la tarea; definir con precisión lo que se está haciendo, los objetivos, los términos empleados, las normas, las estructuras existentes, los procesos que están teniendo lugar, las posibles estrategias y vías de actuación... relacionándolo todo, sintetizándolo, haciéndolo comprensible al máximo. Algunos de los miembros del grupo se especializan en esta función, pero todos la ejercen en un momento u otro. Hay que atender a las siguientes observaciones: quién pide clarificación, quién la da, quién acepta la clarificación que se ha dado y quién la rechaza.

  • La función de distensión se refiere al contenido socioafectivo de los procesos de relación y tarea, facilitando dichos procesos al eliminar tensiones y conflictos, fomentando el humor, la serenidad, el diálogo, la expresión de las propias necesidades y deseos, la solidaridad, la participación y el interés de todos. Los conflictos emocionales pueden afectar a la tarea: por ejemplo a través de un enfrentamiento entre ideas creativas; e incluso a la cohesión grupal. Por eso hay que aprender a expresar y canalizar las tensiones, a resolver un ambiente tenso y a objetivar las ideas, distinguiéndolas de su carga afectiva. Es posible que alguien se especialice en esta función, pero todos podemos realizarla en un momento u otro. Hay que atender a las siguientes observaciones: quién distiende, quién pide distensión, quién acepta la distensión y quién la rechaza.

  • La función de control se refiere al método o procedimiento: cómo se hacen las cosas. Hay que controlar el tiempo, los recursos, la participación (animando al que habla poco, frenando al que habla mucho, facilitando un orden en las intervenciones etc). ¿Cómo se toman las decisiones, cómo se construyen las normas, cómo se hacen los planes, cómo se ejecutan? Como siempre, es posible que alguien se especialice en esta función, pero todos podemos realizarla en un momento dado. Hay que atender a las siguientes observaciones: ¿quién pide control, quién lo da, quién lo acepta y quién lo rechaza?

Esta última función de control nos conduce directamente a la estructura normativa, que ha de crearse entre todos, de forma directamente democrática, mediante técnicas adecuadas de obtención de información, de discusión, de planificación, etc. La función de control se limita luego a coordinar las tareas planificadas por el grupo en los plazos decididos por el grupo, a organizar las condiciones básicas del trabajo grupal, etc... Las decisiones tienen que ser grupales, y las tareas de coordinación intercambiables.

La estructura posicional se concreta cuando sabemos quién pide, da, recibe o rechaza la CLARIFICACIÓN; quién pide, da, recibe o rechaza la DISTENSIÓN; y quién pide, da, recibe o rechaza el CONTROL. Se trata, naturalmente, de que todo el mundo aprenda a ejercer las tres funciones básicas, de modo que se puedan intercambiar los roles o papeles según la necesidad. Evitar en lo posible que haya un jefe (CONTROL), un bromista (DISTENSIÓN) y un teórico (CLARIFICACIÓN). El control, la distensión y la clarificación deben ser ejercidas y compartidas por todo el grupo.

De esta manera, las interacciones forman procesos, los procesos funciones, las funciones hacen posibles que las reuniones sean enriquecedoras, las reuniones producen proyectos, un conjunto de proyectos definen un grupo y un conjunto de grupos una comunidad. La triple estructura comunicacional, posicional y normativa se fortalece, construida y controlada conscientemente con la participación de todos, y nace la comunidad autosuficiente, capaz de obtener sus propios recursos, organizarlos y autoconstruirse.

La comunidad se construye de abajo arriba, autoorganizándose, dotándose de su propio orden para que pueda interactuar libremente con otras comunidades y construir la sociedad y el planeta en que vivimos.